Qué hacer en Castellón

Castellón es una provincia que ha despertado con fuerza hacia el turismo. Era inevitable, sobre todo por la espectacularidad de una localización que se abre al mar y que posee un clima fantástico, netamente mediterráneo.

El valor de sus productos naturales hace que su gastronomía cuente con verdaderas joyas gourmet, como la trufa negra o la alcachofa con Denominación de Origen, productos demandados por los mejores chefs del mundo.

Desde hace unos años, el empeño por ampliar su industria turística se ha visto reforzado por la creación de macrocomplejos como la Ciudad de Vacaciones de Marina d’Or, en Oropesa del Mar.

Numerosos parques acuáticos y complejos multiaventura completan una oferta que tiene en la calidad de sus playas y el gran número de días con sol los mejores aliados para atraer a los visitantes.

Desplazarse desde la costa a los pueblos del interior para descubrir interesantes apuestas culturales, como los yacimientos rupestres del Parque Cultural de la Valltorta; o seguir la ruta de los conciertos del verano costero, con citas como la del Festival Internacional de Música de Benicassim , también contribuye a proporcionar una imagen cosmopolita y atractiva que consigue cada vez más adeptos que, por cierto, quedan tan satisfechos que suelen repetir visita.

Sitios emblemáticos en Castellón

Esculturas de Ripollés

Juan  García, conocido como Ripollés o el Beato Ripo, es el artista de Castellón. Aunque el pintor y escultor ha viajado por todo el mundo y ha expuesto en galerías parisinas donde colgaron cuadros de Picasso o Chagall, Burriol y la masía La Cucala se han convertido en su morada y en el lugar en el que continuar su obra a sus más de 80 años de edad.

Excéntrico y naturista, con un pañuelo siempre atado a la cabeza, el artista castellonense tiene obras repartidas por todo el mundo, pero también posee una buena muestra en Castellón, donde despierta pasiones encontradas entre los habitantes de la ciudad y los críticos de arte de todo el mundo.

Su escultura inspirada en Fabra, ubicada en el Aeropuerto de Castellón, costó más de 400.000 euros y fue elaborada en acero inoxidable. Dos meses después de su inauguración se había oxidado y The Guardian la calificaba como ‘el mayor elefante blanco de España’ y The New York Times no dudaba en afirmar que era “el símbolo de la ruina en el aeropuerto sin destino”.

Otra de sus obras, levantada en homenaje a las víctimas del terrorismo, era tirada por el viento y el propio Ripollés se oponía a que el Ayuntamiento la volviese a levantar, alegando que había hablado con ella y se lo había pedido la propia escultura.

Lo cierto es que, como tantos artistas, Juan García levanta polémica en mitad de sus muchísimos admiradores que le han llevado a exponer en las mejores galerías del mundo. Por ello no está de más poder contemplar las obras repartidas por los espacios públicos de Castellón.

La Hembra del Mar, Tumbada, La Puerta del Mar, La alegría de los niños o el Juego del Hechicero son solo algunas de las muchas piezas del genial artista, que podemos encontrarnos caminando por las calles de la ciudad.

Concatedral de Santa María

En la Plaza Mayor de Castellón se alza la Concatedral de Santa María, un templo gótico con retoques románticos y neogóticos, que comenzó a erigirse a finales del siglo XIII. Un incendio acaecido durante la Guerra Civil española obligó a demolerla y reconstruirla sobre la planta original.

A pesar de los percances que ha sufrido el edificio a lo largo de su historia (otro incendio obligó a rehacerla en el siglo XIV), aún podemos admirar las puertas laterales que siguen siendo las originales de estilo gótico.

El campanario de la Concatedral de Santa María es todo un símbolo de la ciudad de Castellón. Popularmente es conocido como El Fadrí (soltero), por ser una torre exenta. No obstante, su nombre original es el de Campanar de la Vila.

Austero, simple y robusto, se alza inmenso sobre su planta octogonal para contemplar desde las alturas la ciudad a sus pies. Es el vigía de Castellón desde finales del siglo XIV, cuando comenzó su edificación.

En la actualidad, la Concatedral de Santa María, que comparte título con la Segorbe, está declarada como Bien de Interés Cultural de la Generalitat Valenciana. Las instalaciones son de acceso libre, aunque también se pueden concertar visitas programadas.

Fiestas de la Magadalena

Las Fiestas de la Magdalena son la celebración más grande de Castellón de la Plana. Con ellas se conmemora la fundación de la ciudad en el siglo XIII, cuando trasladaron la urbe desde el cerro de la Magdalena hasta la línea de mar.

Se festeja a partir del tercer sábado de Cuaresma, por lo que sus fechas no son fijas y, dependiendo del calendario católico, el día grande se ubica entre los meses de febrero a abril. No obstante y a pesar de esa vinculación con el santoral, las Fiestas de la Magdalena son de las pocas que no celebran al patrón, como es habitual en otras ciudades. De hecho, los castellonenses están orgullosos de festejar en realidad sus orígenes.

Una vez inauguradas las fiestas, todo Castellón se abre a ocho días de intensa actividad festivalera, donde no falta de nada para hacer que las Fiestas de la Magdalena sean punto de encuentro para viajeros llegados de todas partes del mundo.

Mascletás, cabalgatas, romería, procesión, desfiles de gaiatas, los correfueros de la Nit Màgica, la Fira alternativa, la batalla de confeti en el Coso Multicolor, el Mesón del Vino, los conciertos de música y bandas, el Mesón de la Tapa y la Cerveza, la ofrenda floral, la traca final… No hay tiempo que perder durante las Fiestas de la Magdalena.